… O ha llegado el día, en el que pienso seriamente en abrir mi blog.

Y de pronto Pinterest, esa red que nos vuelve locas. En mi portátil se abrió una ventana a un mundo lleno de belleza y creatividad. Como si hubiera quitado un tapón a mi memoria empecé a rememorar los días en los que me quedaba fascinada, en Sevilla, con 40º a la sombra, mirando a las señoras que incansables hacían ganchillo al fresco de la piscina. O aquella vecina en el campo que tenía una máquina de coser, una singer de pedal, y aprovechaba los fines de semana veraniegos para usarla. Y así, poco a poco, recordé aquellas jornadas lluviosas, en las que me abstraía haciendo punto de cruz en Galicia y como años más tarde seguí tejiendo a dos agujas, solo para relajarme. Así que está claro. Soy la persona más feliz del mundo si me dejan en una mercería.

Y la cosa no se queda ahí. Hilos a parte disfruto de la artesanía y de cualquier tarea creativa. Desde que recuerdo ando con las manos manchadas de barro, pintura o tintes. Con un martillo y una lija, soy la reina del mambo.

Antes de meterme en la vorágine de Madrid estaba cerca de todo eso que me entusiasma. Estudié bachillerato de artes y ahí aprendí de telas y telares. He tenido la suerte de poder experimentar con la cerámica (tanto pintura como modelado) y diversas técnicas de pintura. Desde hace unos años me dedico al diseño tanto gráfico como de vídeo. Pero si tanto me gustaba ¿por qué no volver?

Ha llegado el día en que pienso en hacer todas las cosas que se me ocurren o por lo menos, intentarlo.

¡Os invito a todas y todos los que queráis a acompañarme!

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