Sigo con los cupcakes florales, en honor a la primavera… Y es que llueve, por que es primavera.

Por aquí ya están saliendo mil florecillas. Y tengo que admitir, que con tanto sol, se estaba poniendo mustia más de una. Aunque sea a regañadientes: La lluvia mola. Mola tanto, que después de la tormenta me asomé y encontré las amapolas, que ya se atreven a salir.

Este año va a haber un montón por aquí. Porque, ante el estupor de los mas rurales, el año pasado me harté de recoger semillas de amapolas y de esparcirlas por doquier en plan «guerrilla garden«… Decir que las amapolas son malas hiebas, vamos, tiene delito. ¿Habrá algo más bonito que un campo de amapolas?

Éste cupcake de amapola lo encuentras aquí (¡vendido!)

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