Los que me sigáis por Instagram ya os habréis dado cuenta: ¡Por fin he encontrado casa y me mudo!

¿A la city? No. Después de muchas decepciones buscando piso en Madrid, los astros se han alineado y me quedo por la sierra. Eso sí, mudarme me mudo. Ésta va a ser mi casa número… mmm 1,2,3,4… 21 (creo, porque esto ya lo empezaron mis padres). Cualquier psicólogo tendría algo que decir de por qué tardo un año o más en terminar de vaciar cajas. Y es que no me fío ni un pelo.

El colmo es que nos mudamos a la casa de al lado (por voluntad propia), así que hacemos la mudanza nosotros (voluntad y una carretilla).

Qué cosas pasan cuando me mudo:

Tengo un chimichurri de sentimientos, desde nostalgia hasta ilusión (mezclado con agotamiento extremo y pizza).

Estoy unos cuantos días completamente desubicada ¡y me encanta!

La Rubia y Catalina maúllan por toda la casa durante ese tiempo y Salem se esconde.

Limpio cosas de la casa nueva que probablemente no volveré a limpiar jamás.

Cuando termino de recoger todas las cosas, descubro que en realidad falta la mitad y acabo con miles de cajas de «varios«.

Siempre encuentro algo interesante que no sabía que tenía… Y algo que suelo usar desaparece durante meses.

¿Os pasan las mismas cuando os mudáis?

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