Hace unos días os daba la lata (lo sé, un chiste muy malo, no he podido evitarlo) con ideas para reutilizar una lata grande. Todo debido a esta belleza rescatada de la calle.
Se trata de una lata de aceite de palomitas de unos 20l y la encontré al lado de un cine. Supongo que una vez que pillas el sitio, debe ser algo más o menos habitual.
Me la llevé para reconvertirla en papelera. A estas alturas todavía no tengo y eso no ayuda a mantener cierto orden. Pero al llegar a casa, vi lo obvio: es demasiado grande.
Mi segunda opción, era hacer un taburete. Es una idea que hace tiempo que me ronda la cabeza ¡y me encanta! Pero por más vueltas que le di, no necesito un taburete, así que no haría más que estorbar.
De pronto, ahí estaba, la caja de los rollos de papel. Fea, fea, fea. Decidido, la lata anteriormente conocida como lata de aceite ¡va a ser la lata de los rollos chulos!
Pasos
Lo primero, fue limpiarla. Creo que ha sido el paso más laborioso de todos. El aceite es difícil de quitar y las pegatinas, también. La he tenido que lavar varias veces ¡pero sólo limpia ya lucía!
En la foto del «antes», ya la había lavado una primera vez.
Decidí utilizar spray, porque el acabado en el metal es espectacular. Súper liso y rápido. Basta con cubrir con cinta de pintor y papel lo que no quieres pintar y rociar spray en varias pasadas, para prevenir goterones.
Primero hice el detalle de los remaches del asa y el reborde inferior, en negro.
En un rato ya se puede continuar con el siguiente color. En este caso, amarillo para la parte de abajo y el agarrador.
Si en algún momento la pintura se escapa por dónde no quieres, sólo tienes que limpiarla con aguarrás.
Una vez que todo estuvo seco, empapelé la parte superior. Éste papel me encanta, lo compré para fondo de foto (por IG, lo podéis ver) Es bastante fino y sin brillo. Sé que más de una ha caído prendida al verlo: Lo encontré como papel de regalo en Sostrene Grene
Además, hace unos días me llegó cola para decoupage de La Pajarita y, aunque no es exactamente decoupage ¡tenía muchas ganas de probarla! La ventaja frente a la cola normal, es que es mucho menos «húmeda» por lo que empapa menos el papel. Además, pega una barbaridad con poquísima cantidad, lo que es otra ventaja: cuanta menos cola haya que usar, menos se humedece el papel y menos burbujas le salen.
Lo primero es recortar el papel a la medida exacta, en mi caso, incluyendo los detalles de los remaches del asa.
Colócalo en su sitio, para cerciorarte de que está todo bien. Luego no hay margen para rectificar.
Empieza a pegar en pequeñas secciones extendiendo mucho la cola en la lata y presionando con un trapo limpio para que no queden burbujas.
Una vez que seco, le di una mano (de nuevo, extendidísima) para protegerlo. ¡Ante mi horror se empezó a arrugar el papel! Pero que no cunda el pánico, una vez que se vuelve a secar, vuelve a quedar liso. Así que, si te pasa ¡no lo toques! Simplemente déjalo secar.
¡Y ya está! He podido desterrar la caja fea y maltratada por una lata, orgullosa de serlo.
Ahora estoy en la busca y captura de una hermana pequeña ¡para usarla de papelera!
¿Qué te parece el cambio?
Me encanta!!! Me he enamorado de la lata, del papel y de paso de los rollos que hay dentro de la lata. Eres lo más, y tus ideas siempre me dejan con la mandíbula desencajada.
jajajaj!! Muchas gracias guapa!
Como mola tu lata ahora! Qué alegre! Me encanta!
Papel en orden!?
Besos
Siiii! Ahora da gusto verlo! Un besoo!
HA quedado chulisima…. tengo que hacerme con una lata, creo que ya te lo había dicho… jjj… saludines
jajajajja!! Es que son un objeto muy codiciado!! Un beso!