O cómo arreglar una habitación sin gastar un duro.
Mi casa está llena de asignaturas pendientes. Qué narices, mi vida está llena de asignaturas pendientes y mi casa no iba a ser menos. Pero se acabó, hoy vamos a ver el antes y después de la habitación de invitados.
Hace unos días (ejem, o semanas) os hablaba de cómo pintar la habitación para comenzar con un lienzo en blanco. Hoy vamos a empezar a meterle mano con un cabecero-mural que quita el sentío. Alegre, colorido y apto para todos los bolsillos.
3, 2, 1 ¡Ya! Comenzamos con los cambios en esta habitación. Ahora sí que sí y ahora ya que ya.
Se trata de la habitación de invitados. Cuando llegamos a esta casa, sabía que vendría mucha gente a vernos (playa, piscina y nosotros que nos morimos de ganas de que vengan, estaba claro ¿no?).
Suena el despertador (no lo oigo). Mi churri se levanta (no me entero). Sube a Noa en la cama y ella se hace una bolita a mi lado (mi reacción es casi inexistente). Huelo el café… aquí una neurona empieza a chocar con otra. Saludo a Noa, estiro el brazo y aquello que esté ahí es lo que me pongo. Me arrastro al baño y acto seguido bajo a desayunar.
A estas alturas me cuesta entender que mi churri no haya salido corriendo al verme aparecer por la puerta en más de una ocasión. Leer más