El año pasado aluciné cuando exactamente el último día del verano (según el calendario) los vecinos quitaron la pérgola del jardin y la guardaron. Madre mía, qué exactitud y precisión en los cambios de otoño. Yo, que aún estaba tomando el sol y disfrutando de los desayunos a la fresquita, no le encontré el sentido.
De pronto, el siguiente fin de semana, las temperaturas habían bajado y a mi me pilló con el paso cambiado. Y es que esto de los calendarios tiene su sentido. ¿Comienza el otoño? Ya sabes lo que se te viene encima, baby, y más vale que te prepares. Leer más
Suena el despertador (no lo oigo). Mi churri se levanta (no me entero). Sube a Noa en la cama y ella se hace una bolita a mi lado (mi reacción es casi inexistente). Huelo el café… aquí una neurona empieza a chocar con otra. Saludo a Noa, estiro el brazo y aquello que esté ahí es lo que me pongo. Me arrastro al baño y acto seguido bajo a desayunar.
A estas alturas me cuesta entender que mi churri no haya salido corriendo al verme aparecer por la puerta en más de una ocasión. Leer más
A mi el campo me tira cosa mala y todo lo que sea incorporar naturaleza a la decoración me encanta. La madera es tan acogedora ¡y da tanto calor de hogar! Que no puede faltar en mi casa, y menos cuando llega el invierno.
Si me gusta la madera, no te puedes imaginar lo que me flipa cuando está en su forma más básica: troncos y ramas. Leer más
¡Hoy volvemos a las lanas, agujas y ovillos! Y hoy con dos agujas. Yeah!
Cuando hace frío, me apetece mucho más darle a las dos agujas, que al ganchillo. Las cosas de punto tienen un no-se-qué, que las hace invernales, calentitas y gustosas ¡ay el punto! Leer más
Ya sabéis que no puedo tener las manos quietas, pero lo que muchas no sabéis es que también hago punto. Este año, Entre fils i madeixes me invitaron a probar uno de sus kits para tejer, de invierno. Llegó en el momento justo ¡tenía las manos paradas y una terrible necesidad de tejer algo! Leer más